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Una adolescente australiana salió a contar las orgías llenas de estupefacientes que compartió con el cantante inglés.
Hace unos días, Bono de U2 quedó en orsay luego de que dos chicas con las que se fue de juerga publicaron fotos de la fiesta en Facebook. Ahora, el que queda enganchado es James Blunt, luego de que una señorita llamada Kate Costello, de sólo 19 años, saliera a contar en todos los medios que compartió varias noches de sexo, droga y pop lavadito con el soldadito sensible. La chica asegura haber conocido a Blunt hace un año en Sydney, Australia. Allí, el artista le prometió miles de cosas, como ayudarla con su carrera como cantante, cosa que efectivamente no hizo, pero que de todos modos le sirvió para sacarle la ropa a la señorita en cuestión. La chica dice que Blunt solía mandarle mensajes de texto cochinos, como uno que decía “no puedo esperar para tener tu cuerpo desnudo junto al mío” (y sí, el muchacho es un romántico). Pero la cosa no termina ahí: también asegura que la invitaron a una fiesta donde todo el mundo se drogaba. “Había una bandeja de plata con todas las drogas que te puedas imaginar: cocaína, MDMA, ketamina, hash”, botonea Costello. Luego lo encontró con otra mujer en la cama en Ibiza y alguien le ordenó gentilmente que se retirara. De ahí que ahora salga a desparramar porquerías por doquier. “Sólo quiero que la gente sepa cómo es él realmente”, dice. Seguro: eso, y despecho, y quizás algunos billetes para callarse. ¿Qué dijo Blunt? Mandó a una vocera a declarar que “James está muy decepcionado por estas acusaciones falsas”. Y eso es todo.